Km: 548
Como no podía ser de otra manera, inicio la ruta con lluvia. De todos
modos, ya la he incorporado a mi rutina, como la gente de por aquí. Me propongo
llegar hoy a mi anhelado destino, pocas paradas sólo para repostar. Sin concesiones.
Voy cómodo, disfruto del paisaje y la conducción. En una parada a repostar,
cruzo algunas palabras con un alemán que, cómo no, va en su BMW. Le pregunto
qué tiempo se tarda en llegar, a lo que me responde que unas cinco horas.
Bueno, añade, tal vez yo algunas más, ya que el puede ir más deprisa. Vaya, eso me
ha tocado el orgullo. Pienso saludarlo cuando llegue, desde lo alto de la bola
del mundo en Nordkapp. Pasado Kautokeino, debo decidir qué carretera seguir.
Hacia Alta, mejor carretera (al menos sobre el mapa) o la opción de los machos,
hacia Karasjok. ¿Qué pensáis que hice? Gracias pero no, elegí Karasjok. La
carretera resulta muy interesante, atravesando unos paisajes de bosque ralo y
aspecto atundrado, siguiendo el curso de un río salmonero,
da la sensación de que en cualquier momento veré un oso pescando.
Sigo concentrado en la ruta, en llegar. Falta ya
tan poco... No me detengo a pensar en el dolor de los múltiples cortes que
tengo en los dedos, en donde la carne se une a la uña. No sé ni cómo me los he
hecho, han ido apareciendo cada día, probablemente por el frío. Tampoco me
importa el intenso dolor en mi mano derecha, que me irradia hasta el codo y que
me ha obligado a atravesar Suecia dando gas con el pulgar y el índice. Sigo.
Debo llegar. Las aves que revolotean sobre mi cabeza ya no son los habituales
córvidos, son aves marinas. Huelo el aire, olor a salitre, olor de mar. Estoy
cerca. Lakserv, 190 km. hasta Nordkapp. Puedo hacerlo. La carretera prosigue
bordeando un fiordo, el primero que veo en este viaje. Cada metro de este sitio
merece una foto, pero yo no puedo detenerme a hacerla. 140 km. Serpenteo por un
paisaje de aspecto ártico, los árboles han desaparecido hace mucho. 120 km.,
rebaños de renos cruzan la carretera. Atravieso varias poblaciones, no me
queda más remedio que aminorar la marcha a los sufridos 50 km/h cada vez. 80 Km.
Queda menos.
Llego hasta un túnel de 3,5 km. Al entrar me quedo completamente ciego, el
túnel empieza con una curva a izquierdas que hago sin siquiera verla. De un
manotazo me subo la visera del casco y muevo las gafas de sol para poder ver.
Está oscuro como la boca del lobo, estrechísimo y húmedo. Es una trampa mortal,
el túnel serpentea en varias curvas, algo demencial. Consigo salir de allí,
milagrosamente, con vida. Sigo adelante hasta el siguiente túnel largo, que
tiene que llevarme a la isla en donde está la ciudad de Honningsvag y Nordkapp,
el Cabo Norte. Tengo que atravesar el océano a través del túnel, que se hunde 3
km. con una pendiente del 10%, casi tan oscuro como el anterior, se hunde en
las entrañas de la tierra. Si no fuera por el frío intenso, pareciera que me
conduce directo al infierno. Un sonido ensordecedor se acerca hacia a mi, no
veo vehículo alguno, pero el grito aumenta de volumen como si fuera un dragón
enloquecido. Me estoy asustando. Paso bajo el origen del ruido, ahora es
absolutamente demencial, multiplicado por el claustrofóbico encierro del túnel.
Supongo que son los conductos de ventilación, aunque no he conseguido ver nada.
Llego al fondo, tras un rellano, el túnel se curva y empieza a subir por una
pendiente brutal. Es el sitio más alucinante por el que he conducido jamás y
estoy completamente solo aquí. Solamente veo una hilera de luces amarillas que
empiezan sobre mi cabeza y se alejan hacia la negrura. Al túnel lo pierdo de
vista a los pocos metros. Tras una subida eterna, llego hasta la superfície,
cerca de Honningsvag. Casi he llegado, quedan 32 km. hasta el Cabo Norte,
aunque decido buscar primero alojamiento con la intención de partir hacia allá
y poder ver el sol de medianoche, aunque dado que no han parado de caer duchas
intermitentes, tal vez no pueda verlo.
Como voy bien de tiempo, decido hacer una visita al Artico Bar, ahora aún
más famoso por haber salido en el programa Españoles por el Mundo. Como sé que
está regentado por españoles, me dirijo a la chica del mostrador en castellano.
Me miran unos preciosos ojos oscuros, brillantes. Me venden un bono con derecho
a dos chupitos, me visten con una capa térmica y entro en el famoso local,
hecho enteramente de hielo. Hablo durante un buen rato con Tarek,
catalano-libanés y ciudadano del mundo, es muy curioso estar hablando catalán
en uno de los bares más famosos del mundo, a cinco grados bajo cero.
Sin cachondeo, que Tarek es jugador de baloncesto... |
Tarek es un chaval encantador, hablamos un buen
rato y me revela la cara más oscura de la sociedad escandinava, esa de la que
habla el detective Wallander y que sólo puede verse viviendo aquí. Tras un
rato bromeando con el dueño y la chica de ojos preciosos, me retiro a comprar
comida al supermercado, opción económica que me sugieren todos aquí si quiero
sobrevivir el tiempo suficiente sin tener que pedir repatriación al consulado.
Descargo la moto, me quito el traje de lluvia y emprendo el camino final hacia
Nordkapp.
La moto parece ir mucho más ligera, no sé si es
por la descarga del equipaje o porque, como yo, arde en deseos de llegar al
Cabo Norte. Sigo por la carretera enlazando una curva tras otra, subiendo y
bajando repechos entre un paisaje ártico solitario e imponente. Llueve, pero no
voy a ponerme el traje de lluvia. Mi moto sube mojándose y yo voy a hacerlo con
ella. Tras superar un repecho, veo una curva que me resulta familiar, un cartel
azul y blanco anuncia la llegada a Nordkapp en 500 metros.
Grito de alegría dentro del casco, no recuerdo exactamente qué estoy
diciendo, me río y de repente estallo en lágrimas. Hemos llegado. Mi moto ha
llegado hasta aquí, yo tan sólo la he guiado. Estoy en el Cabo Norte sobre una
w800.
Entro en el complejo, tras abonar la entrada. No
me importa demasiado el tinglado turístico que han montado aquí, no va conmigo,
yo estoy por otra cosa. Aunque por supuesto, me dirijo a la famosa bola del
mundo a la que se accede atravesando el complejo. Camino lentamente hacia ella,
sintiéndome muy extraño. Agotado, aliviado, relajado y emocionado. Tal como me
dijeron en el Ártico Bar, es un buen día para subir pues no hay cruceros, hay
relativamente poca gente. Pido a un turista que me haga la foto de rigor.
Paseo por el centro, miro el documental en formato panorámico, hago un poco
todo lo que se supone que debe hacer por aquí un turista.
Salgo de nuevo fuera, y me dirijo a la punta del
cabo. En el cielo las nubes pasan deprisa, todo está envuelto en una atmósfera
irreal, acrecentada por mi peculiar estado de ánimo. Sé que voy a ver el Sol de
Medianoche, así que preparo mi ipod para que lo acompañe con la música
adecuada. En el momento en que suenan los primeros acordes del Adagio en Re
Menor de John Murphy, el sol me recibe.
Me siento demasiado torpe para describir con
palabras lo que siento. La mezcla de cansancio, la luz extraordinaria que
adquiere el cielo en esas latitudes, el Mar de Barents uniéndose tras el
horizonte a hielos eternos, la música que contribuye a crear una sensación de
trascendencia que va muchísimo más allá que un viaje en moto. Tengo atisbos
fugaces de lo que es importante. No puedo recordarlos, los olvido porque sé que
seguirán revelándoseme en los próximos días. Pero estoy tranquilo, sumamente
relajado y tranquilo, y por lo tanto sumamente feliz.
Suena el teléfono, ya sé quien es. La más
importante.
Gracias, gracias, gracias |
Enhorabuena tio¡¡¡¡
ResponEliminaPor cierto, vigila que no haya un faro equipado con bocina para la niebla y te pongas a contemplar el mar delante suyo tranquilamente....ya sabes lo que pasa.
Recuerda que el viaje continua. Sigue descubriendo y disfrutándolo.
Un abrazo
Xavi
No ho dubtava pas que hi arribessis. Si vas ser capaç de trobar l'estudi de Miralles quan encara no extistien GPS's. Això per a tú era de pa sucat amb oli. Enhorabona!!
ResponEliminaT'ES-TI-MO..., ETS MOLT GRAN RATOLÍ!!!
ResponEliminaNo, un Hámster! T'estimo i et trobo a faltar!
EliminaEnhorabuena !!! Muchas Felicidades!! Ahora disfruta de lo conseguido y regresa relajado degustando el viaje de vuelta.
ResponEliminaEn eso estoy, Paco. Y en estas carreteras del norte deNoruega es donda la w800 se siente más a gusto. Su infinito par hace de la ruta un placer.
EliminaQuizás sea una experiencia insignificante para la "humanidad" pero de una dimensión enorme para ti!! Creo que este viaje te habrá llevado a lo más profundo de ti mismo, y a todos los que te hemos seguido nos has hecho no sólo percibir, sino casi sentirnos por momentos en tu "pellejo", .... y por supuesto, muy cerca de tu gran aventura, que tan generosamente has compartido con nosotros!! Moltes gràcies , Ricard i enhorabona!' Ara queda una tornada, que com algú t'ha dit ja, segurament gaudirás molt més "lleuger" , i nosaltres estarèm pendents de llegirte!!
ResponEliminaGracias por tus palabras, Anna. Me estoy tomando la vuelta con calma, y más tiempo para pensar. El viaje interior avanza a la par que el físico, lo cual es importante. Por cierto, qué la ha pasado al motero de negro?
EliminaUn abrazo!
Moltes Felicitats Guapi!!!!!
ResponEliminaEnhorabona!
Deseo físico cumplido y por lo que percibo a través de tus palabras también hay grandes logros personales, que en el fondo es lo que vas buscando cuando uno se embarca en algo así.
Te queremos y aquí nos tienes para recibir a un , quizás, nuevo Ricard, o al viejo Ricard renovado, que no es lo mismo. Sea como sea estamos atentos a tus relatos y a tu vuelta.
Eres un valiente, no solo por tu osadía de este viaje; eres un valiente por compartir esa parte más profunda tuya, tus sentimientos, tus emociones , tus frustraciones y enfados, tus momentos de extasis,...Gràcies, es de valorar.
T'estimo guapi!!! Una abraçada molt forta!!!
Conxi
Hola Conxi! Como comento más arriba, el fiaje personal avanza junto con el físico, y resulta tanto o más sorprendente.
EliminaYo también te quiero! Un abrazo!
Gracias a todos. El hecho de saber que estabais a mi lado me ha dado fuerzas en los momentos en que me he sentido solo. No comentaré nada particularmente, porque todos habéis sido importantes. No hace falta decir que Marta la que más... Pero todos, conocidos como Conxi y Ricard, Judit, Joan, Xavi, y anónimos seguidores del grupo w800spain como Paco. A todos gracias por haberme seguido hasta aquí. Seguiré escribiendo por si queréis acompañarme en mi regreso a casa.
ResponEliminaUn abrazo a todos
Ricard
Enhorabona nen! A veure si arrives a temps per el proper assaig. Uma abraçada!.
ResponElimina